Julio Meléndez y “Agüita” Luna lloraron por descenso del Boys. Román siente como si se le ha muerto un familiar




El “velorio” era en la calle Teatro, en el local institucional de Sport Boys. Hasta allí llegaron el ex porteño Julio Meléndez y el histórico aguatero Ricardo “Agüita” Luna y no pudieron contener el llanto porque la “Misilera” de sus amores terminó por hundirse y no saben si volverá a salir a flote.

Cuando sonó el pitazo final en Arequipa, y Melgar consumaba con un triunfo el descenso del Boys, Julio Meléndez lloró desconsolado. “Me siento impotente, sin fuerzas. Es un golpe al corazón”, dice.

“Vi el partido con unos familiares y me puse a tomar (cerveza) de rabia. Lloré desconsolado y mi esposa tuvo que abrazarme para calmarme. Sentía que estaba soñando y no lo podía creer”, y rompe el llanto aquel recio zaguero que defendió la rosada en la década de los 60.

Más calmado, prosiguió: “Es demasiado lo que estoy sufriendo, no sólo yo, lo sufre todo el Callao y el Perú entero. No me queda más que felicitar a los muchachos y a Eusebio Salazar por poner el pecho, a pesar de estar seis meses impagos, sin llevar un pan a sus casas. Ellos hicieron su mejor esfuerzo, pero si no tienes las mínimas condiciones para jugar en Primera, no puedes hacer nada”.

Luego Meléndez arremetió con la dirigencia. “Hay un solo culpable (el ex presidente Luis Mattos), ese que no se puso bien los pantalones para sacar al Boys adelante. Sólo vino a lucrar y a hacerse famoso. Esa dirigencia vino a jugar con el club. Boys ya descendió y ¿quiénes les pagará a los jugadores y al técnico? Ellos tienen para comer en sus casas, mientras los chicos no tienen ni para el té”, afirma.

“Agüita” Luna también llora mientras escuchaba a Meléndez. “Ya se me acaban las lágrimas de tanto llorar Voy a cumplir 58 años en el Boys y es la segunda vez que lo veo bajar. He perdido nueve kilos por la preocupación. Mis hijos me dicen que deje de ir al club, pero sigo aquí en las buenas y las malas”.

“Seguirá apoyando en Segunda, así como lo hizo en 1988. Ojalá esta vez vengan dirigentes que quieran aportar para poder regresar a Primera”, añade.

En ese momento llegó el defensa Pedro Román y Meléndez y Luna lo abrazan. “Sólo nos queda pedirle perdón a los hinchas que siempre estuvieron con nosotros. Sufrimos mucho, a veces no teníamos ni para entrenar, no había cancha. Yo soy chalaco y sufro mucho. Siento una tristeza profunda, como si se hubiese muerto un familiar”, confesó el lateral derecho.

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